
A mi madre le gustan los libros sobre geishas. Cuando ví que habían hecho una película busqué en las estanterías, pero no lo tenia. Le pregunte que por qué, si todo el mundo decía que era un best-seller inolvidable, y ella había leido tantos sobre este tema. Me contestó que precisamente porque había leido muchos, este no lo tenía... Así que pensaba esperar a que se calmara un poco la geisha-manía para leerlo, para poder hacerlo de una manera más objetiva. Pero el caso es que llegó a mis manos y no me pude resistir.
Desde el principio te engancha la forma en que está escrito. Las palabras y las frases.. la manera de hablar suave y sencilla de una dulce niña que de pronto es llevada lejos de su casa hacia un futuro incierto. Es instruida en una okiya para convertirse en geisha, la mitica profesión japonesa, ancestral, machista y erótica a partes iguales.
La pequeña Chiyo Chan te atrapa a partir de sus primeras frases, y el mundo japonés de las geishas es muy atrayente. Ahora que están tan de moda las técnicas orientales de relajación, la decoración y al gastronomía niponas, conocer cómo es todo en su estado puro no deja de ser un aliciente para disfrutar de una novela que tiene pasión, drama, argumento, personajes, descripción, ambiente y mucha sensibilidad.
¡Sobre todo el ambiente! El otro día acababa de ver en la televisión una serie de misterio que consiguió dejarme los pelos de punta y un mal cuerpo... así que antes de irme a dormir estuve leyendo el libro y me transportó al Japón de la Segunda Guerra Mundial, realmente me hizo olvidarme de la serie.
Si he de sacarle una pega (que siempre se puede, ¿no), pues diría que es un poco "blanda". Es lo que tienen los finales felices.
Una novela autobiográica (ficticia), que fue llevada al cine con bastante éxito, creo que ganó algún Óscar (tendría que preguntarle a una amiga muy cinéfila), pero seguro que se llevó el premio a Mejor Vestuario. Porque además de una historia muy envolvente (que engancha) y llena de sentimientos, lo mejor para mí es la descripción detallada del Japón de la época, de las casas, del maquillaje y los kimonos (que hicieron a la película merecedora del Oscar).